El alto nivel de consumo de títulos que representan algún proceso o acontecimiento histórico habilita a pensar en cómo es representado el pasado en los videojuegos y en el papel del historiador en tanto investigador, docente y hasta asesor.
¿Por qué estudiar los videojuegos?

¿Por qué estudiar a los videojuegos? Este interrogante es el título de uno de los tantos análisis que se proponen comprender a estos productos en tanto objetos de estudios. Cuestionarnos cómo se dicen las cosas por medio de los videojuegos nos conduce a preguntarnos cómo se entiende la información que se indica. Por lo tanto, es imposible desvincularla de la perspectiva social. A los fines de poder comprender estos fenómenos socio culturales es que existe dentro de las Humanidades una vertiente denominada game studies. Este campo de estudio se interesan por el impacto de los videojuegos sobre los individuos y sobre la sociedad. En este sentido, se han llevado a cabo investigaciones tanto sobre los efectos negativos como los positivos que pueden tener los videojuegos sobre los jugadores.
Cuando el pasado es nuestro campo de juego

Ahora bien, cabe preguntarse: ¿Qué pasa con aquellos títulos de temática histórica? ¿Cómo se construye el conocimiento histórico en ellos? ¿Qué papel cumple el historiador como asesor o investigador? Es necesario tener en cuenta que el cine, la televisión y los videojuegos representan determinados actores sociales y acontecimientos históricos, contribuyendo a modelar imaginarios, difundir imágenes y tópicos sobre el pasado.
Debemos tener presente que todo contenido contemplado en la pantalla en cualquier formato se convierte en idea moldeada. Es decir, esta imagen sobre un determinado acontecimiento, periodo histórico o sociedad del pasado queda fijada en el inconsciente colectivo . Por lo tanto, el recurso habitual es el de utilizar un identificador que “recuerde a” sin necesidad de que este respaldado por la rigurosidad histórica. En este sentido, se basa en tópicos y representaciones audiovisuales presentes en la cultura popular y denominadas por el historiador Alberto Venegas Ramos como retrolugares. Este autor acuñó dicho concepto para algo que, en sus palabras, imita o evoca el gusto o la moda de un tiempo pasado o anticuado. La noción de retro está ligada a la idea de imitación o evocación y no reproducción, reconstrucción o recuperación.

Intereses marketineros
Los creadores y diseñadores de estos productos suelen elegir aquellos temas y aspectos que más interesen al público en general y este interés podría explicarse por el imaginario. Si bien muchos historiadores consideramos a estas creaciones una fuente de acercamiento al pasado que, dado su aspecto lúdico, nos permite interactuar con el mismo. Pero es necesario considerar que este acercamiento está velado por la elección de sus creadores de aspectos y perspectivas que interesen al público en general.

Los videojuegos buscan entretener y no educar de forma intrínseca y que muchos intelectuales abogan por la idea de que es innecesario exigirles rigurosidad histórica. Pero, por otro lado, existe el riesgo de que sin otro criterio que el meramente de opinión popular y terminen asentándose determinadas imágenes “falsas” como seguros en el conocimiento de cada jugador. Es decir, sin la guía de un historiador que sepa discernir esto es común que muchos videojuegos de esta temática terminen por reflejar estas ideas preconcebidas desde la perspectiva moderna.
Estas requerimientos marketineros los hemos visto anteriormente en casos con Call of Duty, saga en la cual los aspectos de esa contienda más explotados por la industria de Hollywood forman una imagen heroica de la guerra, cuyo protagonismo recae casi exclusivamente en el ejército de EE.UU.
Una guía necesaria
Pero podría considerarse que precisamente por este motivo es necesaria la guía del investigador y/o educador para no caer en tergiversaciones. Los jóvenes nacidos en los estertores del siglo pasado y los inicios del actual accedieron por primera vez al conocimiento histórico a través de estos títulos. Debido a ello, se han forjado unos modelos del pasado y del presente que han quedado en el inconsciente colectivo.
Un historiador capacitado para comprender el contexto histórico de esa sociedad puede dilucidar no solo cuestiones como la vestimenta, si tal edificio aún no había sido construido u otros detalles de la cultura material. También podría determinar si se refleja de manera adecuada la mentalidad de la sociedad retratada o los personajes poseen una agencia contemporánea. Si bien entendemos que el videojuego como producto debe ser atractivo, creemos necesaria la intervención de un asesor en historicidad. Este debe conciliar ese aspecto con la rigurosidad histórica.

De hecho, muchos historiadores se dedican a analizar el modo en el cual se representa el pasado en los videojuegos. Sí, escribiendo papers con citas APA y todo. Un ejemplo es el Grupo de Investigación Historia y Videojuegos. El mismo está asentado tanto en la Universidad Nacional de Mar del Plata como en la Universidad de Murcia.
Reflexiones finales
Queremos subrayar la importancia de los videojuegos como medios de transmisión del conocimiento histórico y herramienta para aproximarnos al estudio del pasado. Es cierto que la imagen del periodo histórico representado da más cuenta de la mentalidad presente en el contexto donde fue producido. Pero también debemos remarcar que estos productos constituyen un modo accesible y ameno para la divulgación histórica y la enseñanza de ese campo de saber.
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